Queremos formar una persona:
- Consciente del valor de su propia dignidad y de su capacidad, para desarrollarla en libertad y responsabilidad.
- Con capacidad para discernir y confrontar en un marco de respeto y espíritu solidario.
- Que realice un permanente y sano juicio crítico sobre la realidad.
- Competente e idónea, que con sencillez y humildad se inserte en los distintos ámbitos de la sociedad.
- Que supere las diferencias sociales y culturales, abierta al diálogo y a la escucha del otro.
- Que valore la familia como ámbito natural de crecimiento y maduración, cultivando el trato sencillo y fraterno.
- Que exprese la alegría, el cariño y la ternura, integrando su personalidad sexuada mediante una sana relación consigo mismo, con la naturaleza, con los demás y con Dios.