Cada año, creamos un lema que nos impulsa a explorar un aspecto particular de nuestras vidas y nos motiva a avanzar a lo largo del año. A través de este lema, logramos dar cohesión y propósito a nuestra misión, proponiéndonos reflexionar, trabajar y orar en una misma dirección, siguiendo los pasos de Gabriel.
Este 2025, nuestro lema nos invita a vivir en plena conexión con la vida, abrazándola en sus diversas formas. Este lema nos desafía a valorar, cuidar y acompañar la vida en todas sus fragilidades, a reconocer la abundancia que se nos regala, y a ser portadores de esperanza en un mundo que necesita nuestro amor y compromiso.
ABRAZAMOS LA VIDA EN TODAS SUS DIMENSIONES, reconociendo tanto sus fortalezas como sus vulnerabilidades. A través de la espiritualidad, el servicio y el cuidado mutuo, buscamos construir una comunidad que viva en confianza, empatía y solidaridad, donde cada uno de nosotros se sienta acompañado y sostenido. Al compartir nuestros dones y talentos, y al poner en acción el amor de Cristo, contribuimos a la construcción de vínculos profundos y fraternales, que nos permitan vivir una vida más plena y en paz, tanto con nosotros mismos como con los demás.
Que este lema nos inspire y nos ilumine para que, juntos, sigamos caminando hacia una vida llena de amor, esperanza y fraternidad.